El Elefante no era el elefante de la tela de araña. Tampoco era el elefante de la cacharrería. O quizás sí. Lo único seguro es que era el quinto Músico de Bremen. Fue el primero en abandonar el grupo, por desavenencias con el Gato. O eso dice él.
—Me echaba ratones en la comida. Y eso, en mi pueblo, es un mobbing como la copa de un pino.
El Elefante perdona, pero no olvida.
sábado, 5 de septiembre de 2009
583. La versión del Elefante
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4 comentarios:
Pero concretamente, ¿cuál elefante de la tela de araña no era? ¿Y qué era lo que no estaba haciendo?
Podía haber llamado al flautista de Hammelin, en lugar de marcharse del grupo. Un quinteto acostumbra a sonar mejor que un cuarteto.
Saludos lelos!!!
JJ: Concretamente éste. Y éste (o éste) tampoco.
Víctor: Los músicos ya tuvieron una lamentable experiencia en Hamelín.
Por eso yo no tengo memoria y voy de solista.
Besitos, Al.
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