En lo que va de semana ya se han quedado encerrados catorce vecinos (algunos de ellos varias veces). Sólo se me ocurren dos soluciones: o cambiamos el ascensor o ponemos una máquina de condones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Los últimos días de Clark K.
Finalista del
Premio Bubok 2009
A la memoria de los elefantes
AUGUSTO MONTERROSO, “El dinosaurio”
Obras completas (y otros cuentos)
JAVIER MARÍAS, “O que yo pueda asesinar un día en mi alma”
El País Semanal, nº 1.600, 27 de mayo de 2007
2 comentarios:
O los dejamos asî y que empiecen la Junta de vecinos sin nosotros...
Una màquina de tabaco o una de bebidas refrescantes, tal vez una de café??
Aunque confieso que la de los condones no està mal.
Besos.
Esto es una encerrona.
Publicar un comentario