La madre de Horacio Oliveira (no el que ustedes conocen, sino otro) se encontraba en su lecho de muerte cuando le reveló que su padre era gallego.
Horacio cruzó el charco y aterrizó en Madrid. Aunque no tenía demasiadas esperanzas de encontrarlo, pronto descubrió que en España sólo se llama gallegos a los habitantes de Galicia.
Fue en A Coruña donde le dijeron que en Galicia sólo se llama gallegos a los habitantes de Pontevedra.
En Pontevedra le explicaron que los pontevedreses sólo llaman gallegos a los de una comarca concreta.
Y en la comarca le contaron que gallegos son los de un pueblecito.
Pero no el pueblecito en sí, sino unas casitas de las afueras.
Una casita en particular.
La casita tenía la puerta abierta.
miércoles, 5 de agosto de 2009
552. El gallego
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6 comentarios:
Lindo, lindo. Esta descendiente de gallega se ha emocionado con el 552.
Debe ser la casa de mi abuelo :)
Zoe, Adriana: :-)
Este es de los antológicos !)
Me encanta llegar a casitas que tienen la puerta abierta.
(!): Gracias.
Claudia: La casa tenía una reja. ;-)
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