viernes, 22 de enero de 2010

722. Cornada intensiva: Una precuela

La sangre manaba a borbotones, y el toro seguía ensañándose.

Perseo se volvió hacia los artífices de la broma y, entre estertores, les dijo:

—Me parece que ya nunca más volveréis a confundirme con Teseo.

3 comentarios:

ariadna dijo...

ay, ojalá pudiese hacer algo parecido con todos los que me llamana adriana... :)

Alberto Ramos dijo...

Y Asrianza. ;-)

Víctor dijo...

Jejejjeje, es el problema de los nombres griegos, que todos acaban pareciendo el mismo y se confunden.

Un saludo, Al.