miércoles, 8 de septiembre de 2010

951. Condones de doble filo

Mi álter ego llevaba mucho tiempo, demasiado, enamorado de la farmacéutica. Pero no sabía cómo entrarle.

Una noche, en el baño, tuvo una idea.

A la mañana siguiente fue a la farmacia. Pidió cuatro cajas de preservativos. Ahora, pensó, creerá que tengo una vida sexual y se interesará por mí.

Qué pena, pensó ella; tiene pareja.

2 comentarios:

David Moreno dijo...

Las cosas no siempre salen como uno espera, jeje

Un saludo indio

Alís dijo...

Jajajajajaja

Es lo que suele pasar cuando no decimos las cosas claramente. Nos entienden mal y fastidiamos el plan...
Muy bueno el título

Un beso