Madre, yo no quiero ser torero. Yo quiero ser absurdo, entrópico, serendípico, un animal irracional, un cuadro clínico, patológico, flamenco y surrealista. Quiero ser un reloj blando con hormigas que me hagan cosquillas en las manecillas, sobre todo en la izquierda. Quiero ser abzurdo [sic]. No quiero ser diestro.
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