Ni blanca ni negra. Hacía días que la ajada chimenea no expulsaba la tan ansiada humareda.
Cuando al fin salió la fumata, no lo hizo por la chimenea. Salió por debajo de la puerta, en delgadas volutas que se atropellaban lentamente.
—Es negra —dijo alguien.
jueves, 17 de abril de 2008
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1 comentario:
un horror
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