miércoles, 9 de abril de 2008

58. El Coraje

Dos chavales caminan junto al borde de una piscina pública. El más alto lleva una bolsa de Jaimitos cerrada.

—El Coraje en tu interior está —dice el menos alto.
—No. Está en la bolsa.
—Equivocado estás.
—Pero… maestro. Lo presiento.
Lo presiento, lo presiento… —se burla el muchacho menos alto; y añade, con brusquedad—: ¡Presentir tú no puedes!

El chico más alto se detiene.

—Lo tengo que hacer. Es mi Destino.

El otro también se detiene. Alza la cabeza, como buscando una señal en el cielo. Suspira y, resignado, se vuelve hacia su discípulo.

—Detenerte no puedo.

El chico alto va a abrir la bolsa, pero no lo hace.

—No, esto no está bien. Tú me lo tienes que impedir, y entonces yo muestro mi Coraje desobedeciéndote.
—Te prohíbo lo.
—Así está mejor.

El muchacho más alto (ahora sí) abre la bolsa. Coge un Jaimito y se lo come.

—Lo que yo decía —dice el menos alto—. El Coraje en tu interior está.

1 comentario:

claudia paredes dijo...

Lo bueno en lugares incómodos está. Pienso lo.