domingo, 13 de abril de 2008

66. Un taxista

Estaba muerto de asco, hojeando el Marca, cuando se abrió la puerta trasera derecha. Entraron tres tipos.

—Siga a esa estrella.
—¿Qué…? —El taxista no acabó la frase; de repente, sintió que el pulso le iba a cien—. ¿Son… son los… los Reyes Magos?
—No, somos paparazzis —contestó Melchor.

2 comentarios:

claudia paredes dijo...

Quiero que tu testamento diga que éste me lo dejas en herencia a mí. Por favor.

Alberto Ramos dijo...

Hecho.