Todo el encuadre está ocupado por una mampara traslúcida, iluminada a contraluz. Vemos la sombra de un hombre sentado, de perfil. Aparece un subtítulo: J.P.H. EX LECTOR.
—Me hacían parecer interesante —dice con voz distorsionada—, intelectual, inteligente… Cuando leía libros, era…, ¿cómo lo diría?…, diferente. No, más que diferente: era… era otra persona. Una persona inquieta, independiente. Me cuestionaba todo, sin importarme lo que opinaran los demás… No era yo. —Un estremecimiento recorre su silueta—. Gracias a Dios, ahora, por fin, lo he dejado y soy… simplemente yo.
Se abre el plano y vemos que la mampara se encuentra en medio de un plató sobrio, todo luces y sombras.
La silueta se levanta lentamente.
Empieza a oírse una música triste, de violines.
El hombre da unos pasos, titubeante, y sale de detrás de la mampara.
Un cañón de luz se ensaña con él, inclemente.
lunes, 24 de marzo de 2008
17. Confesión
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