Cuando la concursante se enteró del rumor que circulaba por el exterior, se puso a llorar. Lloró tanto que casi inunda el confesionario y el resto de la casa.
Sus compañeros trataron inútilmente de consolarla.
Al final, ella sola se enjugó las lágrimas.
Y dijo:
—Me voy.
Y se fue.
Sin embargo, el rumor seguía allí.
Y allí siguió, y siguió.
Y siguió.
Siguió alimentando durante semanas a los mismos programas que lo habían alimentado.
Y no era para menos.
Si el rumor era cierto (y no digo que lo fuera), aquella chica había leído libros.
jueves, 27 de marzo de 2008
28. Glam Hermano
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2 comentarios:
Me gustó tanto esto que le aposté un Pepito.(aunque no sé si mis "pepitos" cotizan).
Apuesto que sí.
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